La astilla de hueso es una ópera de cámara sobre la equivocidad del lenguaje, la multiplicidad temporal y la locura del amor. Está inspirada en el Taller de reparación de estatuas de Buenos Aires y en las historias que allí se condensan si se lo ve desde una mirada geológica: diferentes estratos temporales que de pronto se activan y se ponen a cantar, actuar y bailar.
Sinopsis
Entre los objetos de una excavación realizada en el Taller de reparación de estatuas de Buenos Aires un Arqueólogo encuentra una estatuilla vudú con una astilla de hueso clavada en el corazón. Al pincharse, cae un rayo que revive a Manuelita Rosas y a Diana Cazadora. Una salida de su retrato al óleo, otra de la estatua de mármol, conversan sobre el tiempo y el amor: temas que, sea como diosa o como piedra, Diana desconoce, son sustanciales a Manuelita en cuanto ha venido a continuar una historia de amor con quien talló el muñeco vudú. Cada vez que el Arqueólogo se pincha con la astilla de hueso cae fulminado y, en su desmayo, es habitado por la voz del Vudú. Recién en el último acto se lo ve convertido en Vudú, ocasión en la que baila un vals con Manuelita. Un Restaurador de esculturas que está perdidamente enamorado de la estatua de Diana ve que el Arqueólogo desvaría y se obsesiona con el muñeco, en particular, con la astilla de hueso que ya no está en el muñeco. Entre el desvarío y el intento de volver a poner los tiempos en orden, el Arqueólogo intenta recuperar el huesito que Manuelita ha encontrado tirado en el suelo y utilizado para hacerse un peinado. Pero, a punto de hacer que Manuelita vuelva a la pintura y recuperar la astilla de hueso, las posiciones se invierten y es el Arqueólogo el que queda dentro del cuadro. Mientras tanto, Diana no pudo evitar tirarle una flecha al Restaurador y convertirlo en ciervo.